Hace más de trece meses México, Estados Unidos y Canadá iniciaron una serie de rondas de negociación para un acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. Nuestro país considera a Canadá y Estados Unidos como socios estratégicos y durante este proceso mantuvo firme su postura de conservar los lazos comerciales entre los países de Norteamérica.
Los negociadores de los tres países lograron acuerdos importantes en las varias reuniones desarrolladas desde agosto del 2017. A partir de julio de este año el gobierno electo participó en las negociaciones en calidad de
observador. Nuestro involucramiento buscó facilitar los mecanismos para promover el diálogo y lograr acuerdos, siempre conscientes de la importancia de garantizar el respeto a la soberanía del Estado mexicano, en particular sobre sus recursos energéticos y rectoría sobre actividades conexas al sector energético.
México y Estados Unidos alcanzaron un entendimiento bilateral a fines de agosto de este año. En este sentido, el objetivo fue desde el principio mantener la unidad de la región mediante un acuerdo trilateral en el cual Canadá continuará siendo socio esencial de México y los Estados Unidos. Con el anuncio de la conclusión de las negociaciones entre Estados Unidos y Canadá se ha alcanzado esa meta. Procede ahora la etapa de discusión, firma y ratificación de lo acordado.
La culminación de este proceso de renegociación propicia certidumbre en los mercados financieros e inversión y creación de empleos en nuestro país. El gobierno electo refrenda el compromiso de promover el crecimiento económico y mantener la estabilidad para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos.
El acuerdo también genera una oportunidad de modernización y diversificación del sector productivo. En primer lugar, permite mantener la competitividad de la industria manufacturera mexicana pues mantiene su acceso al mercado más grande del mundo. Asimismo, algunas nuevas disposiciones, como los cambios en reglas de origen, pueden presentar retos de adaptación para las empresas, en particular las pequeñas y medianas. Es por eso que el gobierno electo buscará impulsar una nueva política industrial activa para fortalecer el mercado interno de la mano del sector privado.
La renegociación abrió la posibilidad de actualizar el TLCAN con elementos que no estaban presentes o cambiaron sustancialmente en los últimos años. México necesita transitar a un modelo de competitividad basado en capital humano e implementación de tecnología de punta, en línea con los cambios tecnológicos recientes. El acuerdo recoge la agenda
derechos de los trabajadores y libertad sindical.
Además, establece mayor margen de acción a los gobiernos para la inclusión de pequeñas y medianas empresas en los beneficios de la integración económica. Esto es una oportunidad para el fortalecimiento del mercado interno y una apuesta al capital humano como ejes de desarrollo del país.
Gracias al acuerdo, México estará mejor posicionado para dar curso a los programas prioritarios planteados por el presidente electo. Seguiremos trabajando en una relación bilateral con los Estados Unidos y Canadá que
abarque las áreas de interés estratégico para México: el comercio, la migración, desarrollo y seguridad. Además, continuaremos buscando la promoción de la inversión en México para los proyectos estratégicos de infraestructura, así como la participación activa de nuestro país en el plano internacional.
Es importante destacar que por primera vez se reconoce en el texto del acuerdo la excepción cultural para la protección de la diversidad cultural, su dimensión creativa, simbólica y económica como elemento del desarrollo humano.
Cabe señalar que el día de ayer el Senado de la República recibió los textos referidos para continuar con el proceso establecido en la Ley sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en Materia Económica. El presidente electo ha seguido con toda atención el desarrollo de las negociaciones y seguirá atento a la culminación de este proceso.