Se visualiza una nueva “pandemia”, que es transversal, de Salud Mental y Salud Emocional, que de no atenderse volverá a colapsar el sistema, con efectos colaterales en la economía de México.
De ahí la urgencia de una reingeniería. Pues, si bien es cierto, México tiene una industria de la salud, en farma, dispositivos, insumos médicos, y prestación de servicios de salud de clase mundial, la realidad que es aún el potencial de coadyuvar a atraer mayores inversiones, crear empleos bien pagados, como plataforma exportadora, que impacta positivamente en los niveles de bienestar de nuestra población, no se ve en el corto plazo.
Debido a que el sistema de Nacional de Salud carece de una adecuada segregación entre las funciones de: rectoría, financiamiento, y prestación de Servicios. Labor que le tocará hacer a la administración de la nueva Presidenta de México; Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez.
Dado que a decir de los especialistas en el sistema Nacional de Salud, éste se encuentra sumamente fragmentado, con poca consideración del sector privado, a pesar de representar prácticamente 50% (gasto de bolsillo).
Y si echamos un vistazo a nivel nacional, en cualquier tabla que podamos revisar, México muestra una muy baja inversión pública en salud.
Lo cual repercute en un sistema fracturado en medicamentos, logística, administrativamente hablando, y ni que hablar del sistema de pensiones, el cual no ha sufrido ajuste alguno y los trabajadores siguen teniendo una proyección no mayor al 30% de su último salario.
Sin embargo, hay temas de salud que pueden hacer colapsar al sistema con mucho mayor rapidez, el perfil epidemiológico muestra una creciente tendencia de enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles que no se está atendiendo, como es el; metabólico, cardiopatías y cáncer.
Aunado a ello, se tiene que realizar una alineación en el desarrollo de técnicos, médicos, y especialistas en la salud vs el perfil epidemiológico actual.
Ni qué hablar de la logística e interlocución que se necesita entre el sector privado y público, incluso dar paso a esquemas que funcionaron en alguna época y que fortalecieron algunos esquemas de salud. Como fue el caso de hacer alianzas para que el trabajador tenga la opción de atender algunos padecimientos en el sistema público o privado.
Y es que, si bien es cierto el Sistema Nacional de Salud ha sufrido múltiples cambios, a lo largo de las décadas, la ley de adquisiciones, la distribución especializada, asignaciones públicas, la subordinación de Cofepris, que encabeza José Alonso Novelo a la Subsecretaria de Salud, bajo la dirección de Ruy López Ridaura; la creación del Insabi, la creación de la OPD IMSS Bienestar, son temas que tendrán que revisarse, a fin de que funcionen o tengan las modificaciones correspondientes, dado que el tiempo de prueba ya supero la realidad.