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Columna de MarielenaVega

¿Y si fuera Mamá de Karla?

Marielena Vega 25 de abril de 2023


Background

Y si fuera Mamá de Karla, Isabella, María… De tantas jóvenes que sufren discriminación, son excluidas, o más aún, enfrentan problemas laborales en sus espacios de trabajo. ¿Qué haría? ¿Qué harías tú? no importa si eres el papá o la mamá, ¿qué harías tú?

imagen pilotzinoticias.com

Hoy destino este espacio para abordar el tema que vive Karla Castro. Tomo con la autorización de Adriana Delgado Ruiz, mamá de Karla, su texto, como un llamado de ayuda a las autoridades por muchas mujeres que atraviesan este tipo de hechos:

“El primer diagnóstico cuando llegué a Monterrey fue “su hija va a perder un pie y tiene quemaduras de tercer grado”. La causa, un accidente laboral en la planta de Ternium-Siemens donde ella trabajaba, que no tenía las más mínimas medidas de seguridad y auxilio.

Desde entonces, hace cinco años, he escuchado voces diciéndome que defienda a Karla desde mi desempeño profesional, pero me di cuenta de que sólo hay un esquema: el de madre. Antes que cualquier otra definición como persona, soy un ser humano que ama profundamente a su hija.

Karla estudió ingeniería mecatrónica. Siempre fue una alumna sobresaliente.

Estudió con mucho esfuerzo en el seno de una familia aspiracionista, conocedora del valor de la oportunidad que brinda una profesión.

Aquella mañana, en la planta de Ternium, Karla resbaló con bolas de polvo de hierro de reducción directa a muy alta temperatura, esparcidas en el piso, en donde no había señalamientos de precaución, ni equipos de primeros auxilios en 400 metros a la redonda. Incluso, de acuerdo con testimonios, inspectores de la Secretaría del Trabajo observaron que no había siquiera un barandal.

Aunque mi hija tenía puesto todo su equipo de seguridad, el hierro fundió sus botas con su piel, ocasionándole quemaduras y lesiones que la mantuvieron ocho meses en el hospital y requirieron diez cirugías. Atención de alta especialidad que enfrentamos solas, como familia, porque la empresa sólo le dio las primeras asistencias en una enclenque instalación médica propia, sin el equipo y personal especializados para las urgencias y riesgos industriales en una siderúrgica, pero que mantiene para evadir el pago de seguridad social.

Si ese escarnio no era suficiente, el director de Ternium, Máximo Vedoya, llegó con sus colaboradores cercanos y una actitud intimidatoria, machista y misógina a enfrentar a Karla: “Y tú qué hacías ahí?” La respuesta era simple y directa:

“Trabajo ahí, en la briquetadora”. Quince días después del percance, la empresa la despidió y ha intentado deslindarse legalmente de la responsabilidad durante todo este tiempo. Nuestro abogado, Luis Alfonso Cervantes, presentó la demanda en el Juzgado Vigésimo Séptimo Civil de la Ciudad de México, donde Ternium tiene su domicilio corporativo, pero “para evadir su responsabilidad, la empresa adujo que el tribunal tiene que ser aquel competente en el lugar de los hechos y entonces pues nos fuimos a Monterrey”, explica el licenciado.

“En la Ciudad de México el juicio ya estaba adelantado, ya estábamos en etapa de pruebas, todo eso se desperdicia, hay que iniciar un nuevo juicio allá y el inicio no se le notifica a Karla. Nos enteramos después de una labor de investigación en dónde quedó el expediente que se envió a Monterrey”.

Así, el Juzgado Primero de Juicio Civil Oral del Primer Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León, desechó la demanda con el argumento de que mi hija no se presentó en tiempo a su audiencia.

Iniciamos entonces un nuevo viacrucis. Lo siguiente fue un juicio de amparo que también fue desechado por el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Civil y de Trabajo en el Estado de Nuevo León, así que presentamos una queja ante el tribunal colegiado que determinó reponer el proceso y dar a mi hija la posibilidad de obtener justicia.

Luego de cinco años del accidente, el juicio está a la espera de iniciar en cuanto se hayan desahogado primero otros 47 asuntos pendientes.

Así es Ternium. una empresa que gasta en corrupción para no invertir en sus recursos humanos, con historial de negligencias laborales, desaparición de líderes sociales indígenas y sobreexplotación abusiva de acuíferos amparada en un acaparamiento abusivo de concesiones federales. El monstruo al que enfrentan una hija y su madre”.

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